sábado, 5 de mayo de 2007

Una nueva esperanza

Bueno, iba siendo hora. Hace unas semanas visité Praga y me apetecía plasmar mi impresión. Normalmente cuando visito un lugar y éste me impacta, suele hacerlo por asociación con alguna sensación tal vez relacionada con mi estado de ánimo. A ver si me explico, los recuerdos que mantengo de los sitios suelo almacenarlos junto a emociones, personas o sentimientos que quedan asociados a ellos dentro de mí. Así, las ciudades que más me han impactado y gustado van de la mano dentro de mi memoria con personas importantes para mí y algo que me haya transmitido el sitio, algo que predominase en mí durante mi estancia allí (dentro de mis interminables e insufribles reflexiones interiores sobre los avatares de la vida).

Por una parte sobre la capital checa cabe decir que ahora mismo parece un centro de peregrinación teniendo en cuenta que son muchos conocidos los que han ido o irán en fechas próximas. Así mandamos allí a Rodri de avanzadilla y a nosotros nos seguirán mis padres o mi primo por ejemplo. Con esto quiero recalcar que Praga es, en la actualidad, un centro turístico y de los más importantes de Europa. Por otra parte yo soy de esos a los que muchos turistas no le molestan y para quienes los lugares no pierden su encanto por el hecho de ser centro de viajes en masa, me pasó con Venecia y me pasó ahora.

Esto iba a ser corto pero soy incapaz así que que lo lea el que se aburra(Dieg haz un inciso en Hattrick por favor). Para empezar fui con Dieg así que está claro que junto con alguna persona más mi mente asocia ya "les piedres" checas con este hombre de Dios. Más allá de eso podríamos también hablar de la cerveza (tan importante en nuestro viaje) pero podría resultar frívolo así que el que quiera saber más sobre eso que me pregunte. Pocas ciudades pueden presumir poseer lo que Praga en cuanto a arquitectura y belleza. Como decía el "raulista" que me acompañó, cualquiera de esos edificios donde allí la gente vive con su ropa tendida y toda la pesca sería en cualquier otro sitio (salvo Oviedo, claro está) patrimonio cultural y objeto de visita.

Dejando a un lado eso que ya cada uno descubrirá cuando vaya (es mejor eso que os lo cuente yo) tengo que hablar de mi Praga y para mí supone hablar de ESPERANZA. Tal vez por ser un país que viene de donde viene y va hacia donde va, es esa la imagen que me ha quedado de Praga (influido también por otras circunstancias). El caso es que la sensación que me queda es la de un amanecer, la de la ilusión por un renacer, el de un lugar que lucha por volver a contar con el reconocimiento que tuvo siglos atrás y que merecidamente trata de recuperar. Una nueva esperanza, como en el extraño inicio de la saga por la mitad, al comprender también que no todo es olvido, que siglos pueden conservarse unidos bajo el mismo suelo, que culturas pueden convivir y que el ser humano puede afrontar la adversidad, ser consciente de sus errores y salir adelante. Por eso yo te animo a que si tienes la posibilidad vayas allí y lo descubras por ti mismo y (lo siento pero con este título no puedo evitarlo) "que la fuerza te acompañe".

2 comentarios:

ale dijo...

quiero entrar a tu garitoo....

Josu dijo...

es EN tu garito... y no me gusta