Internet supuso una revolución, quizá la de mayor magnitud de los últimos tiempos. Se ha convertido en un tiempo récord en una herramienta esencial en nuestras vidas, en la base de una nueva forma social, en el paradigma de la globalización y la modernidad. La velocidad y la supresión de fronteras y límites, claves en su definición y comprensión, lo son también en lo que ha sido su aparición y expansión. Irrumpió a galope, rompiendo barreras y tirando puertas abajo y se ha instaurado en lo más alto.
Pero la revolución continúa, la máquina no para y sigue funcionando a un ritmo trepidante. Ya estamos inmersos en la segunda generación de la Red, en la llamada Web 2.0., y el ritmo no decae. La nueva familia, encabezada por Youtube o los blogs (como éste...queda claro que ya formo parte de esta segunda generacón, ¿quién iba a decir que yo estuviese a la última?), ha puesto de manifiesto que hemos comenzado una aventura extraordinaria que sobrepasa nuestra imaginación. Los servicios surgidos en torno a internet parecen ilimitados y todo parece ya traducirse a su "vocabulario". Si La WWW no da cuenta de algo, no existe, no ha tenido lugar. Simplemente nos encontramos en una vorágine de la que ya no se puede salir y el avance es inevitable, la pregunta es: ¿dónde está el límite?.....si lo hay.
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