domingo, 6 de mayo de 2007

El tiempo escondido

Hace una semana acabé de leer un libro. Su título es "El tiempo escondido" y su autor Joaquín M. Barrero. He decidido dejar un pequeño comentario porque los valores alrrededor de los que gira esta historia son los que creo que deben primar en la vida de cualquier persona.

La novela narra un crimen acaecido en la posguerra investigado 60 años después por un detective muy perspicaz pero con ciertos problemas personales. Pero básicamente es una oda al amor incondicional, a la amistad por encima de todo y a la lealtad.

Una de las cosas sobre las que más me ha hecho pensar es sobre la guerra. El escritor estructura la obra narrando en cada capítulo hechos que suceden en épocas diferentes. Así alterna la investigación y la vida del criminólogo durante 1998 con episodios en el pasado de aquéllos sobre los que realiza sus pesquisas. Y ese pasado va desde 1925 hasta finales de los años 40.

Como queda claro parte de la vida de los personajes investigados y alrededor de cuyas acciones gira todo transcurre la Guerra Civil española. El autor muestra un punto de vista de la misma que puede gustar más o menos (quiero recalcar el hecho de que pueda hacerlo, creo que por fin vamos madurando y espero que en este país nos lleguemos a librar algún día de esa sombra). Pero el otro díatraté de trasladarme ahí, y estuve pensando en mi posbile actitud en un conflicto de esta envergadura.

Lo cierto es que me parece muy complicado que pudiese matar a otras personas, a paisanos. Obviando (si se puede de alguna manera) esto me di cuenta de que me habría costado decidirme para donde tirar, lo cierto es que mis convicciones políticas no están tan arraigadas como para matar por ellas y me percaté de que en una decisión así sólo contarían las personas a los que quiero. El problema es si varias de ellas estuvieran en diferentes bandos..

Bueno esto era una reflexión que mantuve durante un rato. Por otro lado traté de comprender esa situación, algo imposible, y leyendo llegué a la conclusión de que en ciertas situaciones extremas es donde se ve la verdad sobre cada persona. A veces pienso en rasgos como la valentía, la lealtad o el amor por los tuyos y hasta que punto pueden ser puestos a prueba y siempre trato de imaginarme victorioso pues creo que lograr demostrarlos en el límite es lo máximo que puede alguien alcanzar.

Más allá de eso decir que muchas de las enseñanzas que la guerra ofreció (pese a que la guerra no acarree nada que pueda compensarla) se han diluyendo con el paso de las generaciones. Creo que el compromiso y la lealtad que éxistía entonces entre personas se ha ido perdiendo. No creo que seamos capaces de valorar lo que tenemos como deberíamos y pienso que la lección acerca de la necesidad de la tolerancia y el respeto no ha sido aprehendida como debería haber sido pese a que confío en que algún día se consiga del todo....y seguiría divagando pero me espera un partido de fútbol

2 comentarios:

Diego dijo...

Ya lo hablamos el otro día. A mi también me cuesta mucho comprender cómo alguien en su sano juicio puede matar a otro ser humano. Me cuesta entender cualquier tipo de motivo, me cuesta entender que alguien tenga la sangre fría para ser capaz de cargarse a alguien mirandole a los ojos. Pero me cuesta mucho más entender que estos motivos sean políticos. Lo cierto es que sigue ocurriendo, no es cosa de hombres del medievo, es una cuestión actual, en España nos toca muy de cerca, pero en todo el mundo se suceden las guerras. Sí, se sigue matando a gente por los motivos que sean. No niego que estos no sean importantes, relevantes, sentidos...pero ¿para llegar a matar?.

Una Guerra Civil, esto es mucho más duro de asumir. Guerra entre vecinos, entre amigos, conocidos o incluso familiares. Dificil de asumir, pero solo tenemos que preguntar a nuestros abuelos para darnos cuenta de que esto fue así...y los restos aunque poco a poco se van superando siguen latentes en muchos casos.

Te planteas que hacer ante una situación así, al ver gente querida a los dos lados de la línea de fuego. Yo también dejaría de lado todo lo político, pero ver a amigos, familiares a los dos lados de la batalla...no me lo puedo imaginar. No lo se. Nos parece lejano, en tiempo y espacio, pero está muy vivo. Y es demasiado triste.

Diego dijo...

Me podias dejar el libro, como la camara...